jueves, 14 de mayo de 2015

Viajera

Llega a mi casa (mi vida),
una extraña que irrumpe mi tranquilidad,
entra con los pies sucios y poco equipaje,
bota sus cosas en el pasillo,
se sienta en el sillón más grande de la sala,
ensuciando todo a su paso.

Usted, una viajera que lleva días sin comer,
entra sin permiso a mi cocina ¡Descarada!,
¡Torpe descarada!, 
abre la alacena donde guardo los platos,
rompe a su paso la vajilla de mi madre,
y la loza obtenida a lo largo de mi vida.

Hecha un vistazo a la nevera,
toma el jugo a sorbos grandes de la jarra,
da tres mordiscos a dos presas de pollo
(¿qué le pasa a esta mujer?, 
¿yo por qué no la detengo?),
ve el dulce trozo de pastel,
lo oprime con una sola mano,
se lo traga en un solo bocado.

Riega la leche, 
¡Noooooooo! 
juega malabares con los tres huevos que quedan,
los deja caer al suelo,
garabatea con la punta de su dedo indice,
garabatea en el desastre ocasionado,
(es una niña incompresible).

Bosteza por el sueño,
al parecer a pasado días incómodos,
a dormido en las sillas del tren,
(aquel tren que la ha llevado a buscar sus deseos).

Sube jugueteando por la escalera,
se detiene ¿Qué va a hacer?,
observa detenidamente un cuadro,
el cuadro con el paisaje verde,
las nubes blancas y las rosas rojas,
suspira, me observa,
con la mirada brillante y la sonrisa tierna,
extrañamente siento que me agradece.

Entra en mi cuarto,
mira para todo lado cual niña perdida,
se lanza en mi cama y se para en ella,
me clava la mirada, yo muerdo mis labios
(me fijo en sus zapatos sucios),
comienza a saltar como una niña,
yo cuento cada uno de los saltos,
542 para ser exactos.

Miro mi cuarto y ha quedado lleno de lodo,
me enfado, quiero gritar y echarla,
la miro y le sonrío,
ella agacha la mirada como si no estuviera.

Bosteza de nuevo y se refriega los ojos,
se deja caer de espaldas y se queda dormida,
me siento a su lado, la observo por horas,
ideo la forma de limpiar todo,
pienso en las mil formas de sacarla de mi casa.

Traigo una cobija,
al parecer siente frío,
me encargo de abrigarla bien,
de inmediato ella pone cara incomoda,
lanza la cobija con fuerza y rompe la lámpara
(al parecer no necesita mi cobija).

Vago dentro de mi cabeza,
no entiendo nada, no la entiendo,
doy mil vueltas dentro de mi,
finalmente me acuesto a su lado,
me quedo dormido.

Me despierto, es otro día,
miro para todo lado y todo esta igual,
si, igual de sucio por el lodo,
volteo mi rostro para observarla,
ya no esta.

Se fue a la madrugada,
no limpió nada,
no se llevo sus cosas,
no necesitaba nada,
sólo estaba de paso,
es una Viajera.

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